En un marco conmovedor por la gran concurrencia de fieles, nuestro Templo de la Preciosa Sangre se convirtió en un espacio de comunión con la Iglesia local, que celebró la Fiesta de la Divina Misericordia el domingo 27 de abril desde las 15:00 horas y hasta pasadas las 18:00. La celebración fue presidida por Monseñor Álvaro Chordi, obispo auxiliar de Santiago, junto a los sacerdotes a cargo de las parroquias y capillas del Gran Yungay y sus alrededores.

Esta fiesta, que tradicionalmente se celebraba en la Basílica del Salvador —hoy en proceso de reconstrucción tras el terremoto de 2010—, encontró en nuestro templo un lugar de acogida para alentar la fe de la comunidad, precisamente en el año en que celebramos el Jubileo de la Esperanza. 

La Fiesta de la Divina Misericordia fue instituida por San Juan Pablo II en el año 2000, inspirada en las revelaciones de Santa Faustina Kowalska, y tiene como centro el llamado a confiar en el amor infinito de Dios y a practicar la misericordia hacia el prójimo. En este día, la Iglesia recuerda que el corazón de Cristo resucitado permanece abierto para derramar su gracia sobre quienes acuden a Él con confianza.

El ambiente de oración y devoción que marcó esta celebración reafirma el compromiso de nuestra Congregación de acoger la invitación del Papa Francisco a ser peregrinos de esperanza, haciendo de nuestro templo un espacio de fe, acogida y misericordia.

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